En
el conjunto Tierra Tayrona del barrio Chicalá podemos encontrarnos con una
Junta de Administración, muy poco asertiva en su comunicación y es que las
reuniones ordinarias y/o extraordinarias realizadas allí aunque por su
naturaleza convocan a cerca de un 85% de los y las habitantes del conjunto (por
la multa que genera la no asistencia)
en gran número sólo participan en las firmas de control y en la escucha del
informe.
Esta
débil comunicación se da ya que en varias asambleas se han venido desgastando las
relaciones porque las decisiones que se han tomado no retoman los
planteamientos que cada una(o) de los (as) Copropietarios (as) manifiestan y
cuando se redactan los documentos se ha tergiversado el objetivo, dando como
resultados malos entendidos así como una desmotivación amplia en la participación
activa en cada una de las reuniones.
En
días pasados a manera de ejemplo, se
manifestaba que la cuota de administración fuese de $39.000 pero algunas
personas que se hallaron hasta el final de la reunión aprobaron un incremento
de la misma de $16.000, por un seguro contra desastres ambientales que en ese
momento para quienes estaban aún presentes sonó muy necesario, pero para la
gran mayoría que ya no se encontraba en el escenario decisorio fue una
arbitraria decisión, que después al socializarse en otro espacio y sin
cansancios o premuras de momento se reevaluó hasta convocar y derogar esa
primera decisión.
Estas
débiles comunicaciones han logrado que la administración y los (os)
copropietarias (as) desmotiven su participación.
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